Sed partícipes de su ilusión cuando por primera vez os pidan una túnica
infantil y vayáis a recogerles a la entrada del cortejo. Sentid la felicidad
que no encuentra palabras cuando compartáis con ellos la vara o cuando herede
vuestro capuz. Y alcanzad la realización plena, en la madurez de vuestras
vidas, cuando comprobéis cómo también comparten con su descendencia este
maravilloso legado. Sabed que es proeza de nuestros tiempos hacer que las
calles del pueblo estén presididas estos días por la Imagen de Cristo
Crucificado. Sabed que tenéis con vosotros el aliento de cuantos os han
precedido. Sabed que con lo que hacéis recordáis al mundo entero que Dios mismo
quiso hacerse hombre para cambiarlo todo con su Muerte y Resurrección. Sabed,
en fin, y no olvidéis nunca, que enriquecéis nuestras vidas.
¡Bendita
Cieza! ¡Bendita Semana Santa de Cieza! Quiera Dios que así continúe por todos
los siglos que restan de vida en el Mundo, y quiera también que así lo sigamos
viendo tantos años como disponga tenernos en él.
Y
cuando nos llegue a cada uno la hora postrera, pido al Cielo que no nos
encuentre muy lejos de Cieza. Porque, amigos, ¿dónde querría uno dormirse a la Historia y esperar la
llamada del Padre sino.... a los pies de nuestro Cristo?
Pregón de D. Enrique Centeno Gónzalez
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